Los coaches utilizamos un termino cuando cualquiera persona, incluyéndonos a nosotros mismos, estamos viviendo una crisis personal, de pareja, de familia, de trabajo, de amistad o simplemente haciéndonos una pregunta que cuestiona nuestra ordinaria rutina de realización o de pensamiento, entonces lo llamamos: QUIEBRE.
Este concepto va de la mano de otro, que se llama: TRANSPARENCIA, La transparencia es la mínima conciencia o reflexión en nuestras realizaciones; algo así como lo opuesto a MINDFULNESS o conciencia plena en nuestro hacer, y de forma mas clara EL ESTAR DONDE ESTAMOS EN EL MOMENTO EN QUE ESTAMOS. La mayor parte del tiempo vivimos sin conciencia de lo que hacemos o decimos. Así cuando ocurre una ruptura con nuestra transparencia lo llamamos QUIEBRE.
El Quiebre siempre nos obliga a tomar conciencia y a hacernos cargo de la situación que estamos viviendo. La pregunta es: logramos hacernos siempre cargo de nuestros quiebres de una manera efectiva?.
Yo diría que no, ellos pasan por nuestras postergaciones, por las explicaciones que les damos, por el tipo de emocionalidad que nos acompañe, por los juicios que nos hacemos y hasta por la historia de realización y voluntad que tengamos, a veces son unos, a veces otros y en otras ocasiones unos mas que otros; pero mi reflexión de hoy no tiene tanto que ver con este punto (aunque necesitaba hacer claridad de estos dos conceptos), sino con otro al parecer “un poco mas sencillo” y es este: Porque tenemos que esperar a pasar por un Quiebre para buscar ayuda?, para decirlo a través de una analogía, porque solo buscamos al médico cuando estamos enfermos?, porque creemos que solos o a voluntad podremos salir de el, cuando estamos poniendo en riesgo nuestra estabilidad emocional, nuestra salud y nuestro bienestar?
TODOS NECESITAMOS UN COACH en nuestras vidas, con o sin quiebre.
Un Coach para que nos acompañe a ampliar nuestro mundo, nuestras perspectivas y a confiar que hay una esperanza ante cualquier situación o circunstancia.
Un Coach que nos muestre otras distinciones, con el cual podamos tener otras herramientas a las que hemos tenido hasta ahora. Un Coach para ampliar nuestra mirada y nuestras posibilidades de acción…
TODOS NECESITAMOS UN COACH para conversar con y desde nuestra alma.
Soy Coach y también necesito un Coach que me acompañe, que me escuche atenta y respetuosamente, que cuide mi proceso. Un Coach que ante mis dolores, dudas, vulnerabilidad, preguntas, desencuentros y falta de coherencia, me lleve a mirar otro horizonte, a hacerme otras preguntas, para sentir que el mundo no esta cerrado y que hay otras posibilidades, caminos y respuestas, para incorporar otras distinciones que no tenia y para saber que hay un tiempo que es solo mío para conectar, para que el viendo mi ritmo, lo respete sin tratar de sacarme de el, cuando aún no estoy preparada. Un Coach que sea como el candil en la oscuridad de mi quiebre.
TODOS NECESITAMOS A ESE COACH que sea nuestro